BERNAND AUCOUTURIER:
Nací en 1934 en un pueblo situado
cerca de TOURS, capital de la Touraine, jardín de Francia. Mis padres eran
profesores y yo era el pequeño de una familia de cuatro hermanos. Me casé en
1956 y he vivido con el apoyo de una gran familia de cinco hijos. En el
transcurso de mis primeros años, mis padres estaban comprometidos con la
pedagogía Freinet, yo era libre, libre para no ir a la escuela, libre para
descubrir la naturaleza y el trabajo del campo. Mi padre pintor en sus horas
libres, deportista, animador de cine, de teatro popular, mi madre implicada en
política, hizo que este período marcara de forma indeleble mi futura vida
personal y profesional.
Yo guardo un vivo recuerdo de la
liberación de mi pueblo por las tropas americanas y de todo el período de
1940-1945. Mis estudios secundarios en Tours no me apasionaron. Por suerte, los
deportes individuales me permitieron afirmarme y después del bachillerato, en
1954, comencé los estudios para ser profesor de Educación Física.
A lo largo de estos estudios un
profesor me marcó, el doctor Jean LE BOULCH, que cuestionaba la gimnasia sueca
y la educación física en general. Me interesé entonces por los trabajos de
P.VAYER y A. LAPIERRE. Descubrí a FREUD, DOLTO, AJURIAGUERRA, (que hizo el
prólogo de uno de mis libros) y los grandes pedagogos. MONTESSORI, DEWEY,
DECROLY, FREINET, MAKARENKO, NEILL.
Mis estudios de educación física me
decepcionaron porque eran demasiado mecanicistas y demasiado físicos. Solo me
apasionó la pedagogía del movimiento y descubrí entonces que enseñar me
llenaba. En 1959, era profesor de Educación Física y Deportiva.
Hice mi servicio militar en Argelia
¡manteniendo el orden! Un período negro por todas las atrocidades que allí vi y
viví. La creación de dos escuelas y un dispensario me permitieron ser útil para
calmar el dolor de la población. Este período ha sido decisivo en el respeto que
siento yo hacía las personas en situación de debilidad y hacía las otras
culturas.
En 1961, fui profesor de Educación
Física en Lyon y constaté rápidamente que no me gustaba esta profesión
orientada esencialmente hacia los deportes. Me llamaron para formar parte de un
equipo que reducaba a los niños sordos; me interesó mucho y decidí orientarme
en esta dirección. Solicité un puesto en mi región de origen en el que pudiera
estar a tiempo completo al servicio de la infancia en dificultad.
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