domingo, 13 de mayo de 2012

LA MUSICOTERAPIA


Consiste en la aplicación científica del sonido, la música y el movimiento para facilitar la comunicación, promover la expresión individual y favorecer la integración social. A nivel de estimulación temprana, su uso se está extendiendo dentro de los programas educativos para facilitar el aprendizaje en los niños. ¿Quieres saber cómo?

Los programas diseñados para
el uso de la música en musicoterapia estimulan determinadas zonas del cuerpo humano que ayudan a equilibrar funciones orgánicas o psicológicas concretas. Es recomendable trabajar esta disciplina de una manera interdisciplinar, trabajar en equipo el musicoterapeuta y los otros profesionales conjuntamente.

Beneficios de la musicoterapia

Todo lo que es música, para un niño, siempre es positivo. Pero debemos tener en cuenta que ésta debe ser siempre adaptada a sus oídos, a su capacidad de escucha; a su edad.

A un niño, la musicoterapia le puede ir muy bien para mejorar el aprendizaje, la coordinación, controlar la ansiedad y mejorar el estado de ánimo, entre otros. Pero, sobre todo para ayudarle a organizarse a nivel interno. La influencia de la música es mucho mayor de lo que creemos.

Cuanto antes se exponga la música al niño más beneficios le aportará, sea como terapia o sea como uso lúdico. De hecho, el uso de canciones para enseñar habilidades académicas, sociales y motoras a niños pequeños se ha convertido en una práctica común para algunos profesores y educadores de música y, por supuesto, para muchos musicoterapeutas de los Estados Unidos.

Hay muchos estudios que demuestran que la música y sus componentes producen patrones de actividad eléctrica cerebral. Esto lleva a una mayor eficacia a nivel del funcionamiento del cerebro no sólo como rector de los procesos cognitivos sino también como regulador de las funciones vegetativas del organismo.

Cuando se aplica a un paciente una de estas disciplinas alternativas, como puede ser la musicoterapia, es porque hay algo en su sistema que no acaba de funcionar, sea en mayor o menor grado, pero suficientemente importante para evitar desencadenar otros problemas de tipo psicológico, social, motriz, fisiológico… A veces, un problema que tiene solución con la musicoterapia, evita otros futuros problemas en el desarrollo tanto del niño como del adulto.

La música posee unos valores universales que afectan a todas las personas y que se definen por el ritmo, la armonía, la melodía y el tono. Así, el musicoterapeuta debe descubrir la personalidad musical de cada paciente para seleccionar la música adecuada, porque según su personalidad y su estado, le puede ser más beneficiosa un tipo de música u otro.

Efectos de la musicoterapia en los niños

Los efectos que tiene la Musicoterapia en los distintos ámbitos son muchos, pero si nos basamos a los que influyen a un niño, son los siguientes:

- Fisiología: produce cambios en el ritmo cardiaco y respiratorio, así como en la tensión muscular.

- Comunicación: estimula la expresión de los problemas y las inquietudes.

- Afectividad: favorece el desarrollo emocional y afectivo.

- Sensibilidad: agudiza la percepción auditiva y táctil.

- Movimiento: estimula la actividad y mejora la coordinación motriz.

- Sociabilidad: fomenta la interrelación social.

- Educativas: ayuda en la formación, desarrollo personal y superación de dificultades de aprendizaje.

- Psicoterapéuticas: ayuda a resolver problemas psicológicos y a cambiar conductas establecidas.

- Médica: apoyo psicológico y físico (puede reducir el dolor) a pacientes médicos que se enfrentan a situaciones difíciles como la cirugía, enfermedades terminales, cuidados intensivos…

- Psiquiátrica: mejora la autoestima y la capacidad de comunicación de los enfermos.

Métodos de aplicación

Las sesiones se preparan y diseñan según las características del paciente, combinando múltiples factores. Es muy distinto si es un adulto o un niño.

El uso de la música para ayudar a niños en el aprendizaje y la memorización del material se basa en su uso como una pauta estructural, en la que la música se hace presente simultáneamente con el material que tiene que ser aprendido. La música se convierte de esta manera en el medio pedagógico para transmitir información, y como vehículo para memorizar palabras y/o acciones.

Aunque tenemos referencias del uso de la música en prácticamente todas las culturas de la antigüedad, hasta el ya pasado siglo XX no se fundó la musicoterpia como disciplina concreta. El primer Instituto de Musicoterapia se creó 1942 en Estocolmo (Suecia) y en 1954, Thayer Gaston fue nombrado director de Musicoterapia de la Univeridad de Kansas (EE.UU), creándose entonces el primer título universitario en esta especialidad. Durante esta etapa, Gaston establece los principios generales en los que se basa la musicoterapia actual.

Principales actividades de musicoterapia

En musicoterapia infantil, los especialistas después de estudiar el perfil lingüístico, intelectual y emocional del niño, establecen una serie de tareas para mejorar sus capacidades. Se suele empezar la sesión de musicoterapia infantil con una canción de bienvenida personalizada, a la cual se siguen otro tipo de actividades como las que se enumeran a continuación:

Canto: cantar ayuda a vocalizar y aprender vocabulario nuevo; trabaja las estructuras semánticas según diversos niveles de dificultad.

Escuchar: normalmente al final de una sesión de musicoterapia se establece un periodo de relajación en el que el niño simplemente tiene que escuchar una melodía. Esto le sirve para prestar atención y reconocer sonidos.

Juegos musicales: teniendo la música como protagonista, se propone a los más pequeños que realicen un juego, basándose en unas normas preestablecidas. Deberán conseguir el objetivo propuesto.

Técnicas de improvisación: esta actividad permite al niño dejar volar su imaginación, improvisando con instrumentos y música, a la vez que se fomenta su creatividad. Es una forma de que los más pequeños se relajen y estén predispuestos a realizar otro tipo de actividades más estrictas.

Terapias grupales: una forma de estimular las capacidades psicomotrices de los pequeños, es hacer sesiones en grupo en las que cada niño toca un instrumento. Se trata de que presten atención, se coordinen con sus compañeros y controlen sus impulsos.

Asociación de ideas: es un paso más frente a la actividad de escuchar. Después de haber oído una canción, se incita al niño a que explique qué ha imaginado, a dónde le ha llevado la melodía. Es una forma de expresar sus sentimientos.

Conclusión

El uso de la música como fuente de estímulo y desarrollo en los más pequeños es realmente útil. Sirve como una gran herramienta de atención precoz, con la que se desarrollan todo tipo de habilidades en los niños. No es necesario que nuestro pequeño tenga un déficit para asistir a este tipo de sesiones, puesto que las actividades con música estimulan todos los sentidos, y es siempre positivo

TALLER DE MUSICOTERAPIA Y SENSORIOMOTRICIDAD

 El objetivo fundamental es el acercamiento a través del sonido y la sensorialidad.

El primer procedimiento se sitúa en el nivel regresivo. Consiste en la audición de sonidos empáticos con su estado regresivo para producir apertura de canales de comunicación y la ruptura de núcleos defensivos.

El material utilizado es agua, arroz, lentejas, música relajante que incluye sonidos de agua, delfines, aves... ( el agua representa el líquido amniótico)(el agua representa la calidez de la mamá y una sensorialidad que se puede compartir).

Para la realización del taller llevaremos a cabo las siguientes actividades:

1º Mientras suena la música jugamos con el arroz que se encuentra en diversos recipientes. Lo tocamos, lo metemos dentro de una botella, lo agitamos escuchando su sonido, vaciamos su contenido y volvemos a repetir la operación. En este juego de llenar y vaciar, reunir y separar, el instructor introduce “rupturas en la repetición, provocando asombro y sorpresa” (Acouturier, 2004:183).

2º Mientras suena la música y a la vez que manipulamos con el arroz, vamos echando agua por encima de sus manos . Verbalizamos las acciones, realizamos vocalizaciones, interactuamos con los niños tocando sus manos dentro del agua para establecer un vínculo de comunicación. Imitamos sus respuestas, sus gestos, movimientos y sonidos. A través del vínculo accedemos al niño y puede aparecer el afecto; así a través de la música y del juego del “doble” integramos en el vínculo la sensación y el afecto. El vínculo integra el contacto, la piel, la mirada ( Vicent Pí :2005)

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